Destaca por ser el centro de peregrinaje al que acuden  millones de hinduistas para purificarse en las aguas del Ganges, asistir a antiguos ritos, consultar astrólogos y expiar su karma negativo. Pero sobretodo porque el anhelo de los hindúes es descansar eternamente en las calmadas aguas del río sagrado.

Es por esto que, junto a las escalinatas de Manikarnika que descienden hasta el río, se encuentran los gahts: lugares dónde se llevan a cabo las cremaciones de cadáveres en hogueras siguiendo todo un ritual religioso que termina asegurando que los restos finalizan el ciclo de la reencarnación. 

 

Hasta hace unos años, aquellos que no se pueden costear una cremación lanzaban los cuerpos al río sin más. Sin embargo, se ha prohibido debido al alto nivel de contaminación que albergaba el río (dado que allí también se bañan).

Otro espectáculo interesante de ver en las escalinatas es la ceremonia Aarti, en la que se mezcla danza, incienso quemado para aromatizar y decoraciones de flores y velas que adornan el río.